Introducción
Este trabajo no hubiera sido posible sin el artículo “La
Isla de Cuba” del autor Juán Bruno Zayas de la Portilla
y al artículo del Dr. Enrique Hurtado de Mendoza y Pola publicado
en la Revista “Herencia” (Vol 10 No 3, Otoño 2004) ,
titulado “Orígenes
de la élite cubana - Siglos XVI al XXI", ambos grandes genealogistas
y amigos.
El formato que me propuse seguir desde un primer momento fué poner
los apellidos más importantes de los primeros habitantes de la
Isla en orden alfabético, indicando la Villa y la población
donde se asentaron y el siglo, XVI ó XVII en que llegaron, tomando
en cuenta que se consideran fundadores a los que vinieron en los siglos
mencionas, y a las familias que llegan después, podrán
ser antiguas y muy importantes, pero ya no fundadoras.
Es importante señalar que las siete Villas fundadas por D. Diego
Velázquez de Cuellar fueron, Baracoa, Bayamo, Sancti Spiritu,
Trinidad, Puerto Principe, La Habana, Santiago de Cuba y la población
de Remedios.
Los apellidos se escribirán con la ortografía de la época
y, anteponiendo la partícula “de” cuando así se
indicaba, aunque esta costumbre en la mayoría de los casos, desapareció posteriormente.
Igualmente los apellidos compuestos muy en boga en la época, que
con el paso del tiempo se simplificaron, aunque algunos han permanecido
inalterables; para el análisis de lo cual tenemos múltiples
ejemplos: de Varona, que muchos lo siguen usando igual y otros usan Varona
a secas; los de Céspedes que ahora usan solo Céspedes;
esto para nombrar apellidos sencillos y conocidos, pero apellidos más
complejos como los Vázquez Valdés de Coronado, Calvo de
la Puerta y Serrano de Padilla, que ahora han quedado Vázquez,
Calvo y Serrano, los presento igual. Podría citar muchos casos
más como los Sánchez de Carmona que quedaron Sánchez
y los Sánchez Griñan que han quedado Griñán,
pero haría ininterminable la narración.
Ahora bien esto de los apellidos es un asunto muy complejo, complicado
y, a veces, hasta chistoso, hay Torre, Torres y de la Torre, y cada uno
es un apellido totalmente diferente, lo mismo sucede con Cruz y de la
Cruz que son dos apellidos distintos también.
Digo que esto de los apellidos, a veces, resulta chistoso, porque hoy
en día comienzan a usar de nuevo el “de” o a unir
dos apellidos porque creen que esto los hace más aristocráticos.
Hay otras razones más pragmáticas o por influencia norteamericana,
y voy a poner unos ejemplos personales o familiares, lo que no me gusta;
resulta que a mi familia en Santiago la llamaban los “Pacheco” no
los Santa Cruz, sin embargo en las fé de bautismo y en las inscripciones,
nos inscribían “Santa Cruz Pacheco”; y resulta que
ahora en los Estados Unidos, dos de mis hijos se pone Santa-Cruz y eliminan
el Pacheco, porque si no les dicen Mr. Pacheco.
Otro detalle interesante es que según D. Enrique Hurtado de Mendoza
existen solamentres tres apellidos netamente cubanos, es decir que sólo
existen en Cuba y son los Hidalgo-Gato, los Pupo, derivado del apellido
Ponce de León, y finalmente el apellido Santa Cruz Pacheco.
No quiero pasar por alto la columna de Observaciones que acompaña
a cada familia: en los casos de las familias de las Villas orientales,
Puerto Principe, Bayamo, Baracoa y Santiago de Cuba no faltan, pero en
la familias occidentales, excepto de La Habana, van casi en blanco, por
el desconocimiento que tengo de ellas, por lo que estoy solicitando la
colaboración de los conocedores para que aporten su conocimiento,
que será, desde luego, publicamente reconocido.
Bueno dejando de lado estas explicaciones, que yo creo eran necesarias,
volvamos al tema que nos interesa que es la relación de los fundadores
de la Isla, tengo relacionadas 567 familias, de las cuales a las principales
las hemos podido consfirmar en Jaruco, y desde los primeros momentos
se interrelacionaron por matrimonios en ambos sentidos, y al estudiar
a los iniciadores de los movimientos insurreccionales en la zona oriental
(Camaguey y Oriente), nos encontramos que los miembros de estas familias
fueron los cabecillas de dichos movimientos, lo que nos confirma la tésis
de que el sentido de nacionalidad, criollismo o cubanidad, que se fué formando
en esos primeros dos siglos (XVI y XVII) y afianzado en el siguiente
siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, fué obra de esas familias
fundadoras.
No puedo afirmar, por supuesto, que esas fueron todas las familias fundadoras,
hubieron otras, no por menos señeras, menos importantes en la
formación socio económica de la Isla, aunque hay muchos
alcaldes de la ciudad, que no he incluido en la relación; ahora
hay que tomar en cuenta que al implantarse la confusión de estados,
en la segunda mitad del siglo XIX, se perdió la costumbre u obligación
que había de mantener, al menos, la memoria de tres generaciones,
para cualquier trámite oficial que se fuera a realizar. Así hoy
en día, los miembros de muchas familias, inclusive entre las más
importantes, no saben de sus orígenes. Afortunadamente, este involuntario
exilio que estamos viviendo ha generado, entre los cubanos, un resurgimiento
de los estudios genelógicos.
Por eso, cuando en las referencias digo “muy relacionadas”, “relativamente
relacionadas” o “extinguidas”, quiero decir que hay
mucha, muy poca o casi nada de relación escrita.
Creo que esos detalles justifican ampliamente este estudio, y no solamente
hay que verlo como un simple estudio genealógico y, quizá,
como una vanidosa exposición con pretenciones aristocráticas,
sino más bien como una de las razones que crearon los movimientos
independentistas de la Isla de Cuba.
José Santa Cruz Pacheco y Rivery
Documento
Familias
Fundadoras y Pobladoras de la Isla de Cuba
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Arboles Familiares
Ver tambien nuestra lista de arboles familiares cubanos que han sido publicados en el Internet:
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